Thursday, December 21, 2006

 
Niño Dios o Papa Noel?








Este es uno de los primeros dilemas culturales que estamos experimentando con nuestro hijo, un hibrido cultural entre australiano y colombiana. En estos momentos nos encontramos en Australia y es navidad. Ante la fuerte presencia de Papa Noel me asaltaron de repente mis recuerdos felices del Niño Dios y como hasta los ocho años me acostaba juiciosa porque nos iba a traer los regalos a las doce y la desilusión que sentí al enterarme que los que nos traían los regalos eran mis padres. Bueno, como cualquier padre que quiere que sus hijos disfruten los beneficios de este tipo de tradiciones, me he dedicado a defender la presencia del Niño Dios en la vida de mi hijo.

Mark me dijo que no entendía como hacia el Niño Dios para traer a todos los niños sus regalos ‘siendo un niño’, porque Papa Noel, por ejemplo, “tiene su trineo”. La explicación es muy clara para cualquier colombiano, no? Porque el Niño Dios es ‘todo poderoso’ y puede estar en todos los lugares y mágicamente poner los regalos en la cama de cada niño. Afortunadamente Mark no es un defensor de papa Noel porque con esta explicación hubiera perdido la batalla.

Pensamos en diferentes posibilidades para incluir estos dos personajes en nuestra casa. Yo sugerí en algún momento que el Niño Dios contratara a Papa Noel para traer los regalos y Mark que cada uno trajera un regalo. Hasta anoche definimos una estrategia de coexistencia entre el Niño Dios y Papa Noel para empezar a introducir a Santi en la tradición navideña: El Niño Dios trae los regalos con Papa Noel y por eso tenemos que dejar en nuestra mesa cerveza para Papa Noel y zanahoria para su venado y leche y galleta para el Niño Dios. Algunos regalos van a estar en la cama y otros debajo del árbol cuando él se despierte. Los papas y abuelos algunas veces también compran regalos que se dan después de cenar y el mismo 24. Será que la desilusión va a ser doble para nuestro hijo cuando se entere que no hay Papa Noel ni Niño Dios?

Sunday, December 10, 2006

 
Invitación Indiscreta

Mark, mi esposo, me hizo una invitación indiscreta: contar cinco cosas mías que pocas personas o ninguna conociera. Aquí van:

1. Crecí en un pueblo donde no había luz y fue una experiencia maravillosa. Hasta que cumplí los nueve años teníamos que hacer las tareas en la tarde porque si las dejábamos para la noche nos tocaba con vela y eso ocasionaba ciertos ‘accidentes’: se nos quemaba el pelo o ensuciábamos con cera los cuadernos. No tener luz y de paso TV era súper divertido. Jugábamos a las escondidas, hacíamos cocinados en el patio, contábamos/escuchábamos cuentos de fantasmas y brujas, hacíamos fogatas, jugábamos a la lleva y al jeimy, y teníamos secciones de cuentos con mi papa, mama o abuela. Cada noche nos reuníamos alrededor de 15 niños-as a jugar.

2. Mi segundo nombre es Esther y no me gusta. Bueno, a decir verdad el nombre en si no me parece feo, pero a mi como que no me encaja. Esther es mi prima, mi profesora de primaria, y una señora de la Biblia, pero no YO. Así que si algún día quieren molestarme llámenme por mi segundo nombre.

3. Tengo un dedo cortado. A fuerza de costumbre y ya no de intención he logrado que nadie note mi dedo mocho (parece un pico de loro). Durante toda mi niñez aprendí a ocultarlo a la perfección porque me daba vergüenza, sin embargo a los 14 años y gracias a un enamorado llamado Giovanni (en paz descanse) logre superar el sentimiento penoso y empecé a mostrar mi dedo. Lo raro es que muy pocas personas lo notan.

4. Me rasure las axilas por primera vez a los 31 años y sentí vergüenza conmigo misma por hacerlo. Hasta ese momento me había aferrado a los vellos de esa parte de mi anatomía como un estándar de firmeza y autonomía (no hacia lo que las demás hacían, ni cedía a la presión femenina y masculina en estos asuntos). Entonces, porque lo hice a los 31? Porque asumí un cargo gerencial en una ciudad pequeña donde la sociedad es bastante clasista. En este tipo de sociedades tener ‘pelos’ en las axilas no es excusable, es de hecho un signo de ‘indelicadeza’. Para no afectar mi rol tuve que escoger entre las siguientes alternativas: usar ropa con manga todo el tiempo o rasurarme. Teniendo en cuenta el calor tan tenaz que hace en este lugar opte por la segunda.

5. Salude de mano a Fidel Castro. Fue en mi época de periodista y me toco cubrir una cumbre donde él estaba invitado. En la rueda de prensa pedí el espacio para hacerle una pregunta (casi me devano los sesos pensándola porque quería hacer la pregunta mas inteligente a ese hombre increíble…uno de mis ídolos) y no me la dieron, me imagino que por estar representando a un periódico gringo. Estaba parada pensando que no había logrado mucho cuando de pronto aparece Fidel al lado de Gabriel García Márquez caminando justo enfrente de mí. Me atolondre y como una estúpida le extendí la mano y dije algo incoherente. Yo no se si por cortesía o porque le pareció muy graciosa mi cara me sonrió y me dio la mano.

Si quieren conocer las cinco cosas de Mark y practicar su ingles este es su blog.

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